Hace ya cinco cursos que doy clase de caligrafía en Elisava a alumnos de segundo de graduado. Es un trabajo bastante enriquecedor, especialmente cuando ves que a algunos alumnos les llega algo, que te dan un feedback, aunque otros pocos son unos mantas, no nos engañemos. De todos modos es un trabajo bastante duro, son muchas horas de clase y mucho esfuerzo en casa para preparar las sesiones y corregir los ejercicios.
Este año estoy especialmente contento con los resultados de los trabajos. Por un lado, los alumnos tienen que interpretar un texto con caligrafía, y por otro hacer un logotipo a base de la itálica. Os muestro algunas fotos seleccionadas, a ver qué os parecen.
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